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domingo, 27 de mayo de 2012

Enfermería en los cuidados paliativos


Es evidente que la enfermería es un pilar muy importante en la atención del paciente en fase terminal. Trata de ayudar al anciano a la asimilación del diagnóstico y a sobrellevar la enfermedad, y actúa también sobre la familia del mismo, prestándo apoyo antes y después de la muerte.



El enfermero como miembro del equipo interdisciplinar tiene la capacidad de lograr que el paciente anciano se adapte a los cambios que va sufriendo, a través de una valoración rutinaria de las molestias tanto físicas como emocionales, para aplicar lo antes posible las diferentes técnicas paliativas y así el anciano sufra lo menos posible.

La atención detallada que presta enfermería hace más probable la observación de cambios repentinos que pueda mostrar el paciente, logrando movilizar los recursos necesarios para el alivio precoz.

No hay que olvidar la asistencia a la familia, motivando a ésta a fomentar la participación en los cuidados del enfermo y animar a que trasmitan apoyo al mismo para que viva esta etapa como un periodo positivo donde se les da al oportunidad de mejorar la relación entre ambos y crecer individualmente.


BIBLIOGRAFÍA 

1. Astudillo W, Orbegozo A, et al. Cuidados Paliativos en Enfermería. Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos.  1ª Edición, San Sebastián - España, 2003. Disponible en: http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0211139X09002182?via=sd

La asistencia de enfermería en el domicilio


El hecho de que los ancianos sean más vulnerables a los problemas de salud que el resto de la población, hace que se generen necesidades de nuevos servicios sanitarios hacia la prestación de cuidados en las instituciones sanitarias y en la propia comunidad.

Cuando la demanda de cuidados de este grupo de personas hace referencia a la atención domiciliaria, la enfermería es la responsable del mayor porcentaje de las actividades desarrolladas.

 



El objetivo fundamental de enfermería en este ámbito es mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedades crónicas, o que encuentran limitada temporal o permanentemente su capacidad de autocuidado o su movilidad, por lo que han de permanecer en su domicilio.

¿Qué tipo de ancianos necesitan de los cuidados asistenciales de la enfermera a domicilio?

  • Personas mayores con diferente grado de dependencia. 
  • Seguimiento de control (hipertensión, diabetes, cura de ulceras, etc).
  • Ancianos que acaban de salir del hospital.
  • Ancianos con necesidades puntuales, normalmente no dependientes (inyectables analgésicos por lumbalgias, cura de heridas quirúrgicas, vacunación.
  • Personas mayores con alguna discapacidad, por lo que les resulta muy difícil movilizarse y salir a la calle.
  • Aquellas personas cuidadoras de otras personas, que muchas veces se ven desbordadas por el desconocimiento.

 

 BIBLIOGRAFÍA

1. Jiménez Cuadra E. Atención al anciano en atención primaria. Centro de Salud de Antequera. 2007. Disponible en: http://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/3824/1/Atencion-al-anciano-en-atencion-primaria.html

 

 

 


Contenidos de la educación sanitaria prestada al anciano


La educación sanitaria y las actividades encaminadas a la prevención de los problemas de salud en el anciano pretenden alcanzar una mejor calidad de vida para este grupo de pacientes, dejando atrás las limitaciones que acarrean dichos problemas. El objetivo último es lograr que el anciano viva independientemente en su domicilio el mayor tiempo posible.

 

Con la EPS se puede tratar contenidos muy variados relacionados ampliamente con el concepto de higiene.

Higiene del medio físico
Contiene información para la mejoría de las condiciones de la vivienda o el uso del transporte. En cuanto a la vivienda se tendrán en cuenta aspectos como:

  • Influencia de la higiene de la salud y de la vivienda en el anciano.
  • Manera de conservar la limpieza del hogar
  • Desinsectización.
  • Importancia de la ventilación y como debe realizarse.
  • Normas de higiene en caso de poseer animales de compañía.
  • Precauciones a seguir ante riesgos de accidentes en el hogar.
  • Primeros auxilios básicos.
Nota: Un ejemplo de educación sanitaria del medio: las caídas

Higiene social
En este ámbito se tratará de facilitar la integración social de la persona mayor interviniendo sobre el y las personas de su alrededor ya que suelen presentar más problemas para adaptarse a los precipitados cambios de la sociedad.

Los contenidos serán los siguientes:

  • Soluciones ante dificultades en el ámbito económico, social y familiar del anciano, en la actualidad.
  • Importancia de la persona mayor en nuestra sociedad.
  • Hacer hincapié en la integración social y familiar.
  • Motivar a la participación de actividades de ocio, creativas, culturales…
  • Informar del acceso y la utilidad de los recursos que ofrece la sociedad.

Higiene individual
Se trasmitirán acciones educativas sobre aspectos tan básicos como la alimentación y la higiene corporal. La primera puede verse entorpecida por las dificultades económicas, el estado de la boca del anciano, la soledad o las deficientes costumbres alimentarias y la segunda por las pésimas condiciones de la vivienda.


Hábitos tóxicos
Se informará al anciano sobre:

  • Las consecuencias del alcohol y el tabaco en las patologías de base u otras nuevas.
  • Importancia de una adecuada medicación y de la implicación de la familia en el correcto procedimiento.
  • Riesgos que acarrea la Polimedicacion.

Higiene física
Se abordaran contenidos como:

  • El ejercicio físico y su relación con la salud.
  • Actividades recomendadas y lugar idóneo donde se pueden practicar.

Higiene mental
Este campo es de gran importancia en el programa de educación para la salud ya que existen muchos cambios en el anciano que suelen influir negativamente en su salud mental. Por ello se trataran temas como:

  • El aumento y mantenimiento de las relaciones socio-familiares.
  • Actividades de ayuda física y mental.
  • Aumento de la motivación y autoestima.
  • Tratar las condiciones del medio que rodea al anciano.


BIBLIOGRAFÍA 
1. Iruzubieta Barragán FJ. Género y educación sanitaria en el anciano.








Sondaje intermitente en pacientes ancianos


Una de las técnicas para tratar la incontinencia en adultos mayores es el sondaje intermitente. Este método esta indicado en pacientes con disfuncion vesico-esfinteriana neurológica como opción al cateterismo vesical permanente, en los casos de incontinencia por rebosamiento.
                     
El objetivo es vaciar la vejiga regularmente, manteniendo la función de llenado-vaciado, utilizando una sonda sin balón , acodada en el hombre y recta en el caso de la mujer.

A diferencia del método permanente, éste otro ofrece beneficios tales como su simplicidad, menor riesgo de infecciones y aumento de la autoestima al acabar con los problemas sociales, laborales y sexuales que conlleva utilizar una sonda de larga duración.

Si el propio paciente es independiente y conserva su actividad funcional será él el que realice la técnica, sino se delega a un miembro de la familia.


El profesional enfermero tiene la obligación de realizar educación sanitaria al paciente anciano y enseñar la técnica de autosondaje vesical limpio. 
Primeramente se valora la capacidad de éste para realizar el procedimiento por sí solo, se le explica que es la mejor opción  ante su problema y se le anima para que aprenda bien la técnica, la cual comprende: el material necesario, el lavado de manos y de genitales con jabón neutro, la desinfección del meato, la lubricación de la sonda, la introducción  del catéter hasta que observe la eliminación de orina y la compresión de la vejiga hasta la evacuación completa. 
  


La mujer anciana presenta más dificultad que el hombre para localizar el meato urinario, por lo que se le recomendará la utilización de un espejo para la correcta introducción de la sonda.

El autosondaje debe realizarse al levantarse y justo antes de acostarse además de varias veces durante el día según la ingestión de líquidos, la sudoración y la capacidad vesical entre otros factores.




BIBLIOGRAFÍA 

1. Martín Trapero C, Torrijos Torrijos M. Cuidados de enfermería en el anciano
con patología urológica. Servicio Cirugía II y Servicio Geriatría. Hospital Universitario San Carlos. Universidad Complutense. Madrid. Clínicas Urológicas de la Complutense. 2, 129-148. Editorial Complutense de Madrid, 1993.


Incontinencia fecal en el adulto mayor


La incontinencia fecal es un problema grave que afecta en gran parte a la calidad de vida del anciano, además de producirle aislamiento social. Es difícil que los propios pacientes expresen el trastorno de manera voluntaria ya que supone para ellos una situación vergonzosa, por eso la única forma de que los profesionales sanitarios conozcan el problema es realizando un interrogatorio concreto y detallado al anciano y sus familiares. Este fenómeno explica que la prevalencía real de IF este subestimada.


Se ha comprobado que la mayor incidencia se presenta en los ancianos que habitan los asilos, de hecho, este problema es la segunda causa de ingreso en este lugar.






Mecanismos involucrados

- Se observa una disminución de la presión en el canal anal y de la capacidad rectal, además de existir una relación entre la edad y el nivel de esclerosis del esfínter anal interno y la atrofia muscular.

- También se ha demostrado que la frecuencia de IF es mayor en mujeres que en hombres obteniendo una proporción de 3 a 1 en la población mayor de 65 años.

- Los factores que se vinculan a la mayor influencia en mujeres son la multiparidad, el trauma obstétrico (uso de forceps, macrosomía en el neonato y desgarros perineales) y las alteraciones de la estática pélvica.

- Otro componente de riesgo para desarrollar IF es la diabetes mellitus, ya que ésta puede llegara  producir hipotonía esfinteriana.

- Los trastornos neuropsiquiátricos son un factor de riesgo muy relacionado con la IF porque producen un déficit neurológico que acaba afectando a la musculatura pélvica, disminuyendo la sensación rectal. Entre alguno de estos trastornos esta la enfermedad cerebro vascular, la esclerosis múltiple y los problemas en la medula espinal.


¿Se puede medir la gravedad de la IF?
Existen unas escalas que clasifican a los pacientes según la afección o impacto que supone este trastorno en su calidad de vida, y así determinar el tratamiento adecuado pudiendo evaluar también la respuesta a éste.

La escala de Wexner modificada por Kamm es la más útil para estos casos. Una puntuación >9 tiene relación con una disminución importante de la calidad de vida, mayor aislamiento social y necesidad de utilizar pañal.


BIBLIOGRAFÍA

1. Maía Remes-Troche J, Sáenz P, et al. Incontinencia fecal en adultos mayores. Rev. invest. clín. v.56 n.1 México feb. 2004. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0034-83762004000100004&script=sci_arttext


Evaluación clínica del anciano hipertenso



La valoración del anciano hipertenso requiere el estudio de algunos detalles particulares a diferencia del hipertenso adulto.

Es común que el anciano además padezca otras patologías asociadas, por lo que en la evaluación debe averiguarse la existencia de daños orgánicos de distinta localización, principalmente a nivel vascular. También se debe indagar sobre posibles situaciones relacionadas con el problema, como son:

  • La mayor variabilidad tensional, la cual exige aumentar los cuidados diagnósticos repitiendo las mediciones en el domicilio o bien con monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA).
  • La hipotensión ortostática, que influencia la calidad de vida y la elección del tratamiento.
  • La hipotensión pospandrial y
  • La habitual presencia de una brecha auscultatoria (silencio entre la fase I y II de Korotkoff).

Se investiga también la presencia de apnea del sueño si el anciano es obeso o ronca, ya que un porcentaje alto de éstos desencadena hipertensión arterial nocturna.

La monitorización constante de la presión arterial en el ambulatorio en hipertensos ancianos, resulta mucho más útil y fiable, que las mediciones en consultorio y domicilio, sobretodo si el paciente presenta gran variabilidad tensional.

El simple hecho de extremar las medidas diagnosticas puede llegar a evitar la clasificación del anciano como hipertenso y en efecto, ser sobretratado, considerándose en realidad un paciente normotenso al que el tratamiento inapropiado puede desencadenarle reacciones adversas serias.



BIBLIOGRAFÍA 

1. Bendersky M, Kuschnir E, et al. Hipertensión arterial en ancianos. Servicio de Cardiología, Centro de Hipertensión Arterial. Hospital Nacional de Clínicas. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Córdoba. Argentina. Disponible en: http://moodle.fac.org.ar/faces/publica/revista/98v27n2/bendersk/bendersk.htm






Nutrición en pacientes con demencia


La demencia (Alzheimer, E. Parkinson, etc.) es un proceso orgánico cerebral que cursa con daño crónico de la función cognitiva y obstaculiza el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria.


El sistema nervioso central esta directamente relacionado con el procedimiento de la nutrición y en esta situación de demencia, dicho proceso puede verse seriamente alterado. Es de vital importancia adaptar la alimentación a las necesidades del anciano enfermo para evitar así una malnutrición.

Pueden verse reflejadas las dificultades desde el estadío inicial, pero es en el estadío grave donde mayor riesgo existe de malnutrición y de úlceras por presión, además de sufrir disfagia y posibles neumonías por aspiración.

El personal enfermero debe prevenir la disfagia situando al paciente sentado o semi-sentado, espesando los líquidos con ayuda de espesantes y manteniéndose a su lado para ayudarle a ingerir, poco a poco, pequeñas raciones de alimento, intentando que respire adecuadamente entre las pausas.


Es importante que tanto el enfermero a cargo del paciente como el cuidador en el domicilio conozcan la maniobra de Heimlich, por si pudiese producirse un atragantamiento.






En muchos de éstos pacientes con demencia se acaba produciendo una disminución en la ingesta de alimentos, por aversión a la comida u olvido, lo que consecuencia una pérdida de peso relevante. Este dato hace considerar una dieta propia con unas características acordes a la situación.

En cambio, cuando el paciente demenciado se encuentra en un estadío grave, la dificultad de deglución y coordinación en la musculatura bulbar y la sialorrea pueden ocasionar atragantamiento, por lo que se aconseja la nutrición enteral mediante gastrostomia endoscópica percutánea.






BIBLIOGRAFÍA

1. Astudillo W, Orbegozo A, et al. Cuidados Paliativos en Enfermería. Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos.  1ª Edición, San Sebastián - España, 2003. Disponible en: http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0211139X09002182?via=sd


Técnicas alternativas ante las UPP


Las úlceras por presión son un reto importante ante el que se enfrentan los profesionales que asisten a los ancianos enfermos por esta causa. Este problema es un desafío para la geriatría, tanto por la morbilidad que supone como por las graves consecuencias clínicas y económicas.

Si el manejo habitual de las ulceras por presión no da el resultado esperado, existen evidencias sobre técnicas alternativas de tratamiento. Algunas son estas:

Insulina
Tras la limpieza e irrigación, se debe aplicar sobre la úlcera 10 unidades de insulina simple 2 veces al día. Una vez realizado, no se venda la herida sino que se deja expuesta al aire.

Oxigeno
Una vez realizado el desbridamiento de la úlcera, es posible aplicar altas concentraciones de oxigeno mediante la oxigenación hiperbárica o utilizando una mascara directamente sobre la úlcera. Este gas es beneficioso a la hipoxia de la piel porque penetra directamente en los tejidos, induciendo así la granulación.

Ultrasonido
Este método es útil para destruir obstrucciones celulares y mejorar así la circulación. Se trata de aplicar unas ondas de alta densidad y alta frecuencia sobre la úlcera localizada. (Un estudio demuestra su efectividad en 35 pacientes con úlceras en miembros inferiores). (3).

Electroestimulación
El mecanismo de acción de las terapias electroestimulantes es la reactivación funcional de los tejidos degenerados ya sea por descompensación metabólica, movilización de factores inflamatorios o aceleración de la reparación del tejido dañado. Por tanto esta será favorable para acelerar la cicatrización de la úlcera, en ayuda del tratamiento conservador.

Cirugía
La solución quirúrgica suele utilizarse en casos de úlceras muy extensas, ya que es la alternativa más traumática. Es necesario un desbridamiento previo de la lesión y la eliminación del éxtasis venoso para finalmente colocar el injerto cutáneo.



BIBLIOGRAFÍA 

1. Yapucu Gunes U, Eser I. Effectiveness of a honey dressing for healing pressure ulcers. J Wound Ostomy Continence Nurs 2007; 34(2): 184-190.

2. Romero Cabrera AJ, Álvarez Fernández OM, et al. Inmovilidad en el anciano: causas, consecuencias y tratamiento. Revista de la asociación colombiana de gerontología y geriatría. Volumen 21, número 3, julio- septiembre 2007. Disponible en: http://www.acgg.org.co/pdf/pdf_revista/2007/21-3.pdf#page=25

3. Kawos SJ, Miller JL, Hanna SW. Treatment of ischaemic wounds with non contact, low-frequency ultrasound: The Mayo Clinic experience, 2004- 2006. Adv Skin Wound Care 2007; 20(4): 221-226.

4. Kuwahara M, Toda H, Mashiba K, Yuugi S, Iioka H, Nitsuma K, et al. Mortality and recurrent rate alter pressure ulcer operation for elderly long-term bedridden
patients. Ann Plast Surg 2005; 54(6): 629- 632.











Hallux Valgus, ¿factor de riesgo de las caídas?


Aproximadamente una de cada 3 personas mayores de 65 años sufren una caída anual, y este problema aumenta a medida que la población envejece.

Constituyen la primera causa por la que los ancianos se presentan a las consultas de urgencias hospitalarias de traumatología y es uno de los principales síndromes geriátricos, con múltiples factores de riesgo asociados dependiendo de las características específicas del mayor y el medio en el que ocurre la caída.

¿Existe relación entre las caídas y las alteraciones de los pies en el anciano?

Un 80% de las personas mayores presentan problemas de pies, y la mayoría no asisten al médico para tratarlos porque consideran que es simplemente algo relacionado con la edad.
Un estudio ha investigado de que manera influyen estos problemas en la frecuencia de las caídas y se ha llegado a la conclusión de que aquellos ancianos que se habían caído repetidas veces según su historia clínica, coincidían con poseer muchas mas alteraciones en los pies que los que no se habían caído nunca. (2).

El problema más habitual es el hallux valgus o “juanete” y cantidad de personas mayores presenta esta modificación en sus pies sin prestarle el mínimo interés. Por consiguiente se ha obtenido que esta alteración es un importante factor de riesgo para las caídas. Se aconseja por ello prevenir esta situación utilizando calzado adecuado, y en caso que ya exista el problema, acudir a su medico o enfermera para establecer un tratamiento posible.


BIBLIOGRAFÍA 

  1. Varas-Fabra F, Castro Martín E , et al. Caídas en ancianos de la comunidad: prevalencia, consecuencias y factores asociados. Aten Primaria. 2006;38(8):450-5. Disponible en: http://www.elsevier.es/sites/default/files/elsevier/pdf/27/27v38n08a13094802pdf001.pdf

  1. Menz HB, Lord SR. Juanetes y caídas en el anciano. Universidad Complutense de Madrid. Disponible en: http://www.ucm.es/info/fmed/medicina.edu/Geriatria/juanetes.htm

  1. Villar San Pío T, Mesa Lampré MP, et al. Alteraciones de la marcha, inestabilidad y caídas. Síndromes geriátricos. Tratado de geriatría para residentes. Capítulo 19. Disponible en: http://www.segg.es/tratadogeriatria/PDF/S35-05%2019_II.pdf











Tratamiento del Sindrome de Inmovilización Establecido


La inmovilidad engloba la disminución de la capacidad para realizar las actividades de la vida diaria por daño de las funciones vinculadas con el sistema neuro-músculo-esquelético, con la afectación propia de la inmovilidad como función física indispensable para la autosuficiencia del anciano.

 Cuando se establece el síndrome, se precisa de un trabajo multidisciplinar para su tratamiento, además de la importante colaboración del paciente y sus familiares.



Tratamiento etiológico: es esencial suprimir la enfermedad causal, si es posible.
Fisioterapia: los ejercicios mas beneficiosos para el anciano inmóvil e idóneos para la práctica de cualquier sanitario son los que impliquen actividades funcionales como movilización de la cama al sillón y del sillón a la cama, pararse y deambular. Por otro lado es necesaria la cooperación de un especialista para planificar y dosificar unos ejercicios concretos que incluyan balance, fuerza muscular, movilidad y pasar de una posición a otra.

Ayudas protésicas para la movilización:
  • Bastones: se necesita un tiempo de aprendizaje. Los tipos son los siguientes: de puño, de codo y de tipo trípode.
  • Muletas: es recomendable el uso de dos muletas en vez de una.
  • Andadores: fijos, con ruedas, articulados o plegables.
  • Sillón de ruedas.

Modificaciones ambientales: incluye la exclusión de las barreras arquitectónicas, las cuales reducen el espacio para la movilidad y obstaculizan el camino predisponiendo al anciano a una caída.

Algunas de las barreras son:

- Suelos resbaladizos.
- Camas demasiado altas y/o lejos del baño.
- Ausencia de barandillas en las escaleras.
- Ausencia de agarraderas en la bañadera.
- Escalones muy altos y estrechos.
- Iluminación escasa.
- Objetos en el suelo, animales domésticos.
- Medios de transporte inseguros.

Todas las intervenciones anteriores son beneficiosas para mejorar la capacidad funcional y reducir el riesgo de mortalidad.


BIBLIOGRAFÍA 

1. Romero Cabrera AJ, Álvarez Fernández OM, et al. Inmovilidad en el anciano: causas, consecuencias y tratamiento. Revista de la asociación colombiana de gerontología y geriatría. Volumen 21, número 3, julio- septiembre 2007. Disponible en: http://www.acgg.org.co/pdf/pdf_revista/2007/21-3.pdf#page=25



Polifarmacia. Un gran reto para la geriatría


Los ancianos son el grupo poblacional que mayor medicación y atención sanitaria requieren.

La polifarmacia explica el uso de varios preparados farmacológicos ya sean prescritos o no. Ésta aumenta las posibilidades de producir interacciones medicamentosas y efectos perjudiciales o indeseados ante los medicamentos. Es por eso que los fármacos ocupan el primer lugar en cuanto a las causas de trastornos iatrogénicos en los ancianos.
Esto es debido a que multitud de veces se prescriben dosis muy elevadas en conjunto con otros productos, además de la automedicación y los diversos errores que cometen los ancianos al tomar la medicación de forma equivocada.

La educación al paciente sobre un uso racional de los mismos, para evitar que sean mas perjudiciales que beneficioso, esta encomendada a los profesionales de enfermería, ya que son los sanitarios que posiblemente mas interactúan con dichos pacientes.

Intervenciones de enfermería.

ENSEÑANZA DE MEDICAMENTOS PRESCRITOS:
 
  • Enseñar al paciente a reconocer los medicamentos y la acción que producen en su organismo.
  • Indicar tanto el nombre genérico como el comercial de cada uno.
  • Instruir sobre la dosis, vía de administración y duración de los efectos, así como el reconocimiento del fármaco según el tamaño, color o forma.
  • Recordar el horario de aplicación y las consecuencias de omitir alguna dosis o suspender el tratamiento bruscamente.
  • Informar al propio paciente y a su familia sobre las reacciones adversas y efectos secundarios.
  • Aconsejar al paciente que elabore una lista sobre el horario de su medicación.

FOMENTAR LA IMPLICACIÓN FAMILIAR:

  • Valorar el nivel de dependencia del paciente y sus habilidades.
  • Instaurar una comunicación con el anciano y la familia que vaya a encargarse de sus cuidados, valorando la capacidad de implicación de ésta.
  • Invitar a la familia al comienzo de los cuidados durante la hospitalización.
  • Informar de la importancia de seguir un plan de cuidados con una administración puntual de los medicamentos. Esto reducirá los FR y mejorara la salud del anciano.

 IDENTIFICACIÓN DE RIESGOS:

  • Evaluar persistentemente los riesgos a los que esta expuesto el paciente y aumentar las medidas para la prevención de los mismos.
  • Reconocer al anciano que necesita cuidados continuos.
  • Valorar su capacidad para desarrollar las ABVD.
  • Establecer metas con el anciano y la familia.

MANEJO DE LA MEDICACIÓN:

  • Valorar la capacidad cognitiva del anciano para automedicarse
  • Controlar la presencia de sintomatología por toxicidad de los medicamentos.
  • Identificar que interfiere entre la autonomía del paciente y la toma de la medicación.
  • Informar sobre el impacto de la medicación en el estilo de vida.
  • Controlar constantemente, junto con el medico, el tipo de tratamiento y la dosis en consideración con las respuestas del paciente.
  • Responsabilizar al paciente del cumplimiento de su tratamiento.
  • Informar sobre el correcto almacenamiento de los medicamentos.
  • Averiguar si además utiliza remedios caseros, porque podrían interaccionar con su medicación habitual.



BIBLIOGRAFÍA

 
  1. Martinez Querol C, Pérez Martinez VT, et al. Polifarmacia en los adultos mayores. Revista Cubana Medicina General Integral v.21 n.1-2 Ciudad de La Habana ene.-abr. 2005. Versión On-line ISSN 1561-3038. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0864-21252005000100012&script=sci_arttext

  1. Vargas Esquivel LM, López Mateos A. Plan de Cuidados de Enfermería. Polifarmacia. Comisión permanente de enfermería. Gobierno federal. Estados Unidos Mexicanos. Disponible en: http://www.femafee.com/ponencias/CATALOGO_PLACES/21.%20PLACE%20polifarmacia.pdf

  1. Fernandez Guerra N, Díaz Armesto D, et al. Polifarmacia en el anciano. ACTA MÉDICA 2002;10(1-2). Disponible en: http://www.bvs.sld.cu/revistas/act/vol10_2002/act08102.htm

sábado, 26 de mayo de 2012

Insomnio en el anciano. Atención de enfermería


El mito divulgado de que por ser mayor se debe dormir peor es incierto.

El profesional enfermero tiene como cometido informar al anciano de que su necesidad de horas de descanso puede disminuir paulatinamente, además de producir un sueño más fraccionado a medida que avance su edad. Esto puede ayudar al sanitario a realizar una valoración individual de la calidad del mismo y evitar así quejas sobre insomnios inaparentes.

No obstante, es obvio que el insomnio aumenta con la edad. Un tercio de la población mundial padece insomnio y la prevalencía de éste se acentúa en los ancianos.

La duración del sueño se reduce en los pacientes geriátricos. Desaparece la fase 4, la cual corresponde al sueño no REM, o lo que es lo mismo al sueño profundo en la primera mitad de la noche, donde se produce la recuperación física. Además de esta modificación, aumenta la cantidad de vigilia nocturna a medida que pasan los años y el anciano se despierta varias veces tardando a conciliar el sueño de nuevo. Todo esto desencadenará una mayor somnolencia y fatiga diurna en el anciano con insomnio, además de quejas sobre los despertares frecuentes, más que de la dificultad para conciliar el sueño.



La labor de enfermería en este ámbito

El personal enfermero se encargará de tratar el problema incidiendo sobre las medidas de higiene. Con ésto se pretende mejorar los hábitos diarios que afecten al descanso nocturno informando y educando al paciente sobre la higiene del sueño y la manera de combatir el estrés.

IGIENE DEL SUEÑO:
 Control de estímulos.
 Técnicas de relajación.
 Cronoterapia (regulación de rutinas).
 Dieta equilibrada.
 Ejercicio adecuado.

Esta labor será fundamental para que la calidad de vida del anciano se vea mejorada.




BIBLIOGRAFÍA 
 
1. Fernández Conde A, Vázquez Sánchez E. El sueño en el anciano. Atención de enfermería. Complexo Hospitalario Ourensán. Enfermería Global

2. Gandoy Crego M, Millán Calenti JC, et al. Intervención conductual en el insomnio del anciano. Revista de Psicología Gral y Aplic., 2001, 54 (1), 113-118